El puerto de San
Antonio Este, provincia de Río Negro, cerró el primer semestre de 2025 con una
caída del 25% en sus exportaciones, totalizando 113.400 toneladas, según un
informe publicado por fuentes portuarias. Este resultado, liderado por
operadores y productores de la región, marca el segundo peor registro semestral
desde su apertura, solo superado por 2022, afectado por el conflicto
Rusia-Ucrania, y refleja un drástico descenso desde las 500.000 toneladas de
hace dos décadas. La crisis, exacerbada por la baja rentabilidad y falta de
inversión, pone en jaque el rol estratégico del puerto.
Las peras,
principal producto con 97.100 toneladas (-28% respecto a 2024), y las manzanas,
con 12.700 toneladas estables, representan el 96% de la actividad, dejando al
puerto vulnerable a las fluctuaciones del mercado. Rusia se consolidó como el
único sostén, importando 56.770 toneladas (más del 50% del total), con San
Petersburgo como puerta clave, mientras EE. UU. redujo su participación un 37%
(18.100 toneladas) y Holanda cayó un 24% (11.500 toneladas). Este cambio en por
cuestiones logísticas, con desvíos a otros puertos, y la falta de
diversificación agravan la situación y según las cámaras del sector se hace
insostenible el modelo actual.
La crisis tiene
raíces en la producción, con bajos volúmenes exportables y dificultades para
cumplir exigencias sanitarias internacionales, operando el puerto al 20% de su
capacidad. Productores y operadores exigen una mesa de trabajo urgente para
impulsar inversiones, financiamiento y un plan logístico federal, ante la
ausencia de políticas específicas y el aumento de costos internos. Sin nuevas
estrategias, el próximo semestre podría agravar el deterioro, afectando no solo
a Río Negro, sino a toda la cadena frutícola nacional.
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