El Puerto de Long Beach, registró una desaceleración en el movimiento de carga durante junio, procesando 704.403 TEUs, un 16,4% menos que los 842.000 TEUs de junio del año anterior, según un informe publicado por la Autoridad Portuaria. Según el director ejecutivo Mario Cordero, esta caída se vio reflejada en una disminución del 16,9% en importaciones (348.681 TEUs), un 10,9% en exportaciones (87.627 TEUs) y un 17,4% en contenedores vacíos (268.095 TEUs), influenciada por la incertidumbre económica y la pausa arancelaria que podría impulsar el comercio en julio. Los minoristas aprovechan esta pausa de 90 días para abastecerse antes de la temporada alta, lo que sugiere un repunte inminente.
El director
Mario Cordero anticipa un aumento en julio gracias a la herramienta digital
Autopista de Información de la Cadena de Suministro, que optimiza la
visibilidad y eficiencia del puerto. A pesar de la caída mensual, el puerto
acumuló 4.746.631 TEUs en el primer semestre, un 10,6% más que en 2024,
consolidando su rol como la principal puerta de entrada transpacífica. La
presidenta Bonnie Lowenthal destaca la resiliencia de las instalaciones,
trabajadores y operadores, que mantienen la competitividad del puerto frente a
desafíos económicos.
El puerto
invierte a largo plazo en proyectos de infraestructura sostenible para
preservar su estatus como "Puerto de Elección", asegurando eficiencia
en el manejo de carga. Esta estrategia, combinada con la preparación para un
aumento estacional, posiciona a Long Beach como un nodo clave en el comercio
internacional, especialmente ante la posibilidad de un repunte en julio
impulsado por la pausa arancelaria, según las proyecciones de Cordero y
Lowenthal.
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